Reseña Histórica

Allá por 1995-96 el profesor Lopresti, me invitó a que lo acompañara para dictar farmacología aplicada en el Hospital Transito Cáceres de Allende, él dictaría farmacología general en ese lugar al que había conseguido ir, por una resolución rectoral. Yo lo vi como una oportunidad para poder desarrollar la farmacología que había aprendido en la cátedra del Hospital Vall d’ Hebrón (en el Instituto Catalán de Farmacología de la Universidad Autónoma de Barcelona) durante mi estancia de formación con beca del instituto iberoamericano del gobierno español en 1990. 

Era el momento de comenzar a aplicar lo aprendido, incluso con una ayuda importante, ya que había también sido becada para realizar su maestría (1991-1992) en farmacoepidemiología la Med. Claudia Roitter por el Instituto Catalán de Farmacología (agregada ad honorem en la Cátedra del Hospital Nacional de Clínicas). Así fue como comenzó las actividades la Unidad del Hospital Tránsito. 

Las carencias eran muchas, ya que la “Cátedra” era un aula en un subsuelo del Hospital; y “Farmacología Aplicada” un baúl donde se guardaban las fichas de los alumnos que se dejaba hasta el día siguiente en el aula. Por equipos, teníamos un retroproyector donado por el Instituto Catalán de Farmacología, que aún conservo. Por varios años la situación fue igual, pero el entusiasmo fue aumentando al ver que se podía hablar y tratar la farmacología de otra manera. De secretaria administrativa, siempre estaba alguna alumna que se agregaba a la “Cátedra”, como ayudante y a la que se le ayudaba con los boletos de ómnibus (ése fue el caso de la Med. Ana López, también) los docentes actuales y otros que se han ido, comenzaron agregándose a trabajar ad honorem. 

Faltaba el empujón final para comenzar a desarrollar la enseñanza con la propuesta de la OMS de la terapéutica razonada, con la herramienta de la Guía de la Buena Prescripción. Lo dio la OPS cuando por el año 2000 se decide dictar en la Cátedra de Farmacología de la Facultad de Medicina de La Plata (UNLP) el primer curso para la enseñanza desde esta perspectiva. Dos docentes nuestras concurren allí,  Ana López y otra docente muy entusiasta que nos acompañó muchos años, Caterina Milone. Así poco a poco, la enseñanza se fue amoldando como pensábamos para transformar la aridez de conceptos, en técnicas de razonamiento y análisis para la selección y el uso racional de los medicamentos. 

Con los años tuvimos un despacho y se construyeron las aulas actuales, en donde desarrollamos las tareas. Se trabajó como parte de la Escuela de Salud Pública (desde 2006) constituyendo el Centro de farmacoepidemiología y uso racional de medicamentos.

Con mucho entusiasmo loable y enorme dedicación, se fueron agregando ayudantes que con el tiempo pasaron a ser los docentes actuales, Eugenio Cecchetto, Adelaida García (que nos acaba de dejar), Jorgelina Bernet, Federico Racca, Hernán Perea, y muchos más que lograron aumentar y reproducir de manera excepcional lo que inicialmente fue un sueño loco. 

Capítulo aparte, fue el desarrollo del manual de cátedra, ya que teníamos que construir un “apunte” desde la nada, pero como ese fue el comienzo siempre, lo hicimos. Y , según creo, es un muy buen manual de enseñanza de farmacología aplicada con las propuestas de la Guía de la Buena Prescripción. Los derechos fueron cedidos a la Universidad Nacional de Córdoba y con ello los estudiantes acceden al mismo de manera gratuita.

 

Jorge A. Aguirre

Ex titular de la cátedra – Profesor consulto.